Cajón de sastre

Los peligros del deporte

El mencionado gimnasio ha supuesto un antes y un después en la vida de la de los residentes del lugar y no precisamente porque la mayoría hayamos terminado ejercitando nuestra silueta en sus instalaciones por pura iniciativa. Más bien porque, a modo de reclamo, han colocado a un monitor de 1,90 m de altura que pareciera un Adonis tallado por los dioses. O mejor aún, que hubiera regresado de entre los muertos para seguir dándole lo suyo a la infiel Afrodita mientras esta, arrastrada por sus calenturas internas, se los ponía al inocente Hefesto.