Leía recientemente lo importante que es intentar sacar partido incluso a aquellas situaciones negativas que acontecen en nuestro devenir diario. No solamente quedarnos con la enseñanza de lo vivido e intentar no volver a caer en los mismos errores. De algún modo, buscar la forma de lograr un rédito, emocional, personal, profesional, etc., de todo ello.
Por este motivo, recupero para la ocasión un texto que escribía el pasado año a raíz de la famosa canción que Shakira le dedicaba al que por aquel entonces era su pareja, Gerard Piqué, y que nos sirve como ejemplo para escenificar esta teoría.
Además, logrando estar en boca de todos, incluso hasta de marcas mundialmente conocidas como Casio y sacando el rédito buscado desde el primer momento a la grotesca situación, algo que probablemente volverá a hacer, otra vez, cuando la situación lo requiera.
Shakira esa loba herida que se las sabe todas
Morri—¿Has visto la página oficial de Casio?
Jorge—No
M—Ostias están cachondeándose de Shakira y su canción, ya sabes, lo de Casio y Rolex.
J—Que no sé de qué me estás hablando
M—¡Coño lo del Ferrari y el Renault Twingo! Madre mía compañero, parecieras que vivieras en otro mundo…
J—Eso quisiera yo a veces.
A estas alturas, tres días después de la polémica cancioncita, estoy al tanto de la canción, de lo de Casio, de lo de Rolex y también de lo que compete a Ferrari y al mítico Twingo en todo el embrollo. También sé que la suegra de “Chaquira”, como dice mi tía, vive justo al lado de la colombiana y su propio hijo y de que ahora las mujeres están «pa´ cobrar», o algo así.
Lo que no se es que hemos hecho, TODOS, para llegar hasta aquí. Es decir, en que momento nos educaron para que algo de este estilo y cariz se convierta en noticias en nuestras vidas y seamos tan gilipollas y lamentables de no darnos cuenta de los problemas que realmente nos acechan y podrían terminar complicándonos la existencia.
O aún peor, ser totalmente conscientes de ellos, pero preferir estar preocupados de “la Shakira”, “el Piqué” y la madre que los parió, sobre todo la del futbolista español. Bueno, mejor no le digo español que igual se mosquea. Catalán y punto.
Pero vamos, que fuera de nacionalidades, nacionalismos o soplapollismos varios, sigo dándole vueltas a la cabeza de la forma en que esta sociedad se ha ido directamente a pique, que no a “Piqué”. Y sí, sé que la mayor parte de ella no será capaz ni ahora, ni cuando todo les explote en la cara de ver más alla de sus narices.
Nada nuevo bajo el sol, por cierto, potente el que pega estos días en mi Cartagena natal, pero que, sin embargo, me sigue produciendo un hondo penar. O ya no sé si es pena, agobio o desasosiego o un poco de todo mezclado en el batiburrillo interior que no cesa ni un momento intentando dilucidar por qué de todo esto.
La realidad es que, a estas alturas de la vida, siento que el hilo que sustenta a la sociedad en general se ha vuelto más fino y deshilachado que nunca. Pero es que además, en ambas puntas de esta cuerda floja en la que nos movemos, tenemos a políticos con toda clase de intereses personales, dispuestos a cortarla por donde se tercie con tal de salvarse ellos y que los del otro extremo se vayan al carajo, y si es posible sin red de protección abajo.
Está claro que mientras que esto sucede, además delante de nuestras propias narices, la mayor parte del pueblo sigue preocupada de cuál será la próxima canción de Shakira, y si esta vez se acordará de la suegra y los cuernos o volverá a mentar un modelo de coche. Tampoco sabemos si ganará aún más pasta con ello, o habrá llegado al clímax económico con el último “temazo”.
Porque claro, pareciera que nadie se haya coscado aún de que la colombiana, aparte de guapa, se las sabe todas en esto del faranduleo y la canción y además, en estos momentos de luto emocional, tiene claro cómo sacar el máximo rédito posible a las infelicidades del bueno de Gerardo (Gerard, coño).
El secreto es estar en boca de todos, como bien argumentaría Nassim Taleb, autor de «Antifrágil», que nos recuerda hábilmente que, para poder triunfar, indiferentemente, del campo en el que nos movamos, la gente debe saber y hablar de ti. Da igual, si bueno o si malo, el caso es que tu nombre y obra sean tema del momento y cuanto más tiempo, mejor.
Y claro, ahora le vas a enseñar tú a Shakira como ser Trending Topic tras más de 25 años de carrera en esto de la música, haciendo el agosto alla por donde va y cantando lo que le viene en gana en cada momento. Solamente con echar un ojo a su discografía podremos ver cómo hábilmente ha sabido adaptar su música a los devenires de esta sociedad cada vez, por desgracia, más analfabeta y sumisa.
El punto álgido del asunto no puede ser más evidente, cuando como «loba herida» ha hecho de sus cuernos y fracaso matrimonial todo un éxito en lo musical. Pero sobre todo en lo social donde, como ella quería y sabía que iba a ocurrir, ahora es querida y odiada a partes iguales por una buena porción de la población a nivel mundial. Ya sabéis, estar en boca de todos… el mayor tiempo posible. Prueba superada.
Imagen: La Razón