Paseo matutino, sonrisa de oreja a oreja
Como hago cada vez que mi tiempo me lo permite, me vengo a caminar un rato al paseo marítimo que recorre el perfil costero que delimita Los Alcázares de la zona de los Narejos. Y, como en cada ocasión, además de deleitarme con la bella impronta que me ofrece el Mar Menor, aún más en días como estos últimos del mes de abril, también disfruto como un enano con “la fauna” que me voy topando a cada metro de enlosado que recorro a buen ritmo.
