Hace apenas unos meses hablábamos largo y tendido sobre “el miedo, esa arma que no precisa de licencia”. En aquel artículo poníamos en balanza como, a pesar de vivir en la sociedad más avanzada que ha conocido la historia de la humanidad, el miedo se ha convertido en el pan de cada día de buena parte de la misma. De hecho, es uno de los recursos que más emplean los gobiernos actuales para mantener dentro del redil al ganado en el que nos hemos convertido.
Esta pequeña introducción nos servirá de base para comprobar, una vez más, como Europa, en especial sus políticos, han decidido seguir empleando esta estrategia para lograr alcanzar sus objetivos. Ya sea en materia monetaria, sanitaria o social, entre otros, inventan cualquier problema con el que atemorizar al populacho para después, hábilmente, sacarse de la manga una solución ficticia que nadie precisa ni por supuesto ha pedido.
Hemos vuelto a ser testigos de ello en últimos días a raíz de diversos acontecimientos acaecidos en el mismo seno burocrático de la U.E., Bruselas. Allí, Úrsula Von der Leyen y compañía han instado a la población europea a prepararse para lo peor y su recomendación inmediata es que todos y cada uno de nosotros tengamos a mano un kit para poder sobrevivir durante al menos 72 horas a cualquier tipo de desastre que se presente.
Indudablemente, el timo del cambio climático, la guerra de Ucrania, esa “bruja piruja” llamada Rusia y la decisión de EE.UU. de dejar de financiar a la OTAN, son los tres pilares principales en los que se apoyan nuestros burócratas para meterle el miedo en el cuerpo a todo aquel que no sea capaz de discernir por sí solo cuál es la verdadera razón de tal despropósito: expoliarnos una vez más en favor de sus intereses propios.
Esto pasa por incrementar los impuestos actuales y futuros y crear una retahíla de otros nuevos con los que poder recaudar las cifras mil millonarias de euros que se precisan para el rearme de Europa. Precisamente las medidas tomadas por la administración Trump de no seguir manteniendo ese chiringuito llamado OTAN es el eje angular de toda esta campaña mediática, donde el miedo y una ingente cantidad de sandeces se han convertido en los protagonistas de la misma.
Entre otras cosas porque el amigo Donald (el presidente yanqui, no el pato de Disney) prefiere destinar esos más de 800 mil millones de euros que aporta EE.UU. para sufragar el coste total que cuesta mantener la OTAN anualmente, a crear riqueza dentro del país que gobierna, impulsando su industria y desarrollo tecnológico, así como la obtención de materias primas y posterior procesamiento de las mismas. Sin embargo, en esta Europa decadente y sin rumbo, Úrsula y sus compinches no atesoran el mismo ideal comercial que Trump. Probablemente, porque este último, por encima de cualquier otra cosa, es un empresario puro y duro.
Aquí, a cambio, tenemos a una panda de sanguijuelas alineadas y coordinadas para seguir dilapidando la riqueza del continente a base de expoliar a aquellos que se encargan de generarla con su esfuerzo y trabajo; los ciudadanos. Pero para lograr este objetivo se precisa crear una cortina de humo alrededor de lo verdaderamente importante, dejando a un lado temas tan relevantes y decisivos en los tiempos que corren como la industria e innovación europea, la inasumible baja tasa de natalidad o el impagable estado de bienestar.
Ese que ellos mismos inventaron para mantenernos tranquilos y con la boca cerrada, aunque al final haya resultado ser una estafa piramidal de órdago inasumible para las cuentas de cualquiera de los países que componen la U.E. En cualquier caso, y volviendo al “kit de Boy Scout”, ese que la comisaria de Preparación, Gestión de Crisis e Igualdad, Hadja Lahbib, en unas declaraciones recientes, nos instaba a tener preparado, no ha quedado muy claro si debe de contar con los ingredientes necesarios para poder cocinar por ejemplo, unos espaguetis a la puttanesca.
Un servidor se lo pregunta a título personal porque es más de pasta a la marinera… También me va el jamón de 5 jotas y la paella de bogavante, así que ¿debo de hacer lo posible por tener de todo ello en la nevera si llegado el caso a Putin le diera por intentar conquistar España? Como colofón a todo este teatrillo esta misma señora se ha hecho viral al ser la protagonista de un video publicitario en el que nos muestra que es lo que ella lleva en su bolso para no verse sorprendida en caso de una emergencia.
Mejor que lo vean ustedes mismos con sus ojos pinchando en este enlace. Como dato realmente curioso, ya que contradice literalmente su propio discurso monetario, es la recomendación que Lahbib nos hace de llevar algo de dinero en efectivo. Algo inaudito teniendo en cuenta que estamos ante las puertas del intento de su eliminación en favor de la puesta en marcha del euro digital, uno de los pasos innegociables de su nueva política monetaria con la cual pretenden terminar de controlarnos de manera total.
Dicho todo esto, me surgen una serie de preguntas que me inquietan y divierten a partes iguales:
¿Será verdad que Putin quiere quedarse con la totalidad del continente Europeo?… Por otro lado, ¿puede ser que pronto veamos la puesta en marcha de otra nueva “plandemia”? Una más, ¿llegará por fin el meteorito que terminará con la vida en nuestro planeta y por ende con la nuestra propia? O quizás, ¿serán los marcianos los que harán finalmente acto de presencia para conquistarnos de una vez por todas?
Sea como fuere, tengan a mano su kit de supervivencia para 72 horas, el que les venga en gana según las necesidades de cada cual porque, como reza el refrán, no hay mal que dure 100 años, pero tampoco mamarrachada a la europea que no nos termine jodiendo más pronto que tarde. Todo queda supeditado al tiempo que precisen las elites de llevar a cabo sus planes, esos mismos, por otro lado, con los que siguen enriqueciéndose unos pocos en pro de subyugar hasta la extenuación al resto.
Imagen: Euroactiv