DANA 2024, un aguacero de amarga y dura realidad
89 minutos fueron los que transcurrieron desde que la estación de medición de caudal instalada en la Rambla del Poyo avisaba de una acumulación de agua de más de 2.280 m³/s (posteriormente era arrancada por la fuerza del propio caudal), hasta que se envía a los teléfonos móviles de los ciudadanos valencianos un mensaje avisando de alerta roja por temporal de lluvias, lo que conocemos como DANA o gota fría en el levante español.
Uno se para a pensar que debía de haber ocurrido para activar esta alarma, teniendo en cuenta que, según la propia normativa de la Cuenca Hidrográfica del Júcar, un caudal superior a 150 m³/s en esa ubicación en concreto, ya es razón suficiente como para estar alerta. Sin embargo, alguien no hizo su trabajo de manera correcta y las consecuencias de esta toma de decisiones ya las conocemos todos 12 días después del suceso junto a los más de 200 fallecidos (no hay una cifra exacta hasta el momento) que nada pudieron hacer para evitar el desastre.
