Para triunfar en eso del querer, un chuloputas has de ser
Tal y como reza el título de esta pequeña reflexión, conversaban acaloradamente dos jóvenes en la cola hacia la caja de pago de una famosa cadena textil, mientras yo, justo detrás de ellos, me frotaba las manos con aquella información tan sustancial que ambos me estaban ofreciendo en tiempo real. La misma que posteriormente me serviría para poder teclear estas líneas cavilando en profundidad sobre el asunto en cuestión:
—Que son todas iguales, Luis. Que para que una tía te tenga en estima tienes que ser un chuloputas con título, si no, se ríen de ti.
—Hombre, tampoco es eso, y todas no son iguales, pero es que tú te juntas con cada marrana…
—Exactamente, eso es lo que es Lucía, una marrana. Además, en busca de un chuloputas de manual que si te descuidas, le tiene que calentar el morro, de cuando en cuando, para que lo quiera y lo respete.
