“Made in China”
Lo llaman de distintos modos; globalización, libre mercado, máxima competitividad… En resumen: Que gane el mejor. O no. Es curioso y aterrador a partes iguales el comprobar como este mundo se ha convertido en una lucha incesante por llegar primero a todo, donde la competencia feroz, y en ocasiones desleal, es la religión manifiesta que procesan millones de personas y empresas a lo ancho y largo del planeta tierra.
Pero lo más anecdótico de todo esto es como no hemos sido capaces de darnos cuenta de este cambio, social, económico, político e incluso vital, al que hemos sido sometidos de manera sibilina por parte de unos pocos, a lo largo de los últimos años. Muy pocos a decir verdad, aunque nosotros lo hayamos aceptado con una cobarde condescendencia inicial, sin llegar ni a imaginar lo que nos espera en un futuro no muy lejano.
