Nunca es tarde si la dicha es buena
Me paro a pensar cuántas veces habré escuchado esta célebre frase extraída de nuestro refranero y la verdad es que han sido cientos sino miles las que, de una forma u otra, alguien me la espetó en mitad de alguna conversación, o lo hicieron con otro u otra dentro del mismo contexto.
Y la verdad, si analizamos tranquilamente cada una de las ocho palabras que la componen y el significado de estas en conjunción y particularmente en este orden, habría que decir que estamos ante una verdad casi absoluta aplicada a prácticamente cualquier campo de la vida.
